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Influenza

La influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa provocada por los virus de la influenza. Este virus puede causar una enfermedad leve o grave y en ocasiones puede llevar a la muerte. La influenza es diferente al resfrío. Por lo general, la influenza comienza de repente. Las personas con influenza, a veces sienten algunos o todos estos síntomas:

  •  Fiebre o sentirse afiebrado/con escalofríos

  •  Tos

  •  Dolor de garganta

  •  Mucosidad nasal o nariz tapada

  •  Dolores musculares y corporales

  •  Dolores de cabeza

  •  Fatiga (cansancio)

  •  Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.
     

Complicaciones debido a la influenza

Las complicaciones de la influenza pueden incluir neumonía bacteriana, infecciones del oído, infecciones sinusales, deshidratación y empeoramiento de las condiciones médicas crónicas, tales como insuficiencia cardíaca congestiva, asma o diabetes


¿Qué puedo hacer para protegerme contra la influenza?

La mejor manera de protegerse contra la influenza es vacunándose todos los años. Los CDC recomiendan que todas las personas de 6 meses en adelante, especialmente las personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones graves derivadas de la influenza, se vacunen cada temporada.

¿Qué otros pasos se pueden tomar para prevenir la influenza?

Tome medidas de prevención diarias para detener la propagación de los gérmenes.

  •  Trate de evitar el contacto cercano con personas enfermas.

  •  Si usted está enfermo y tiene una enfermedad similar a la influenza, los CDC le recomiendan que haga reposo en su hogar por al menos 24 horas posteriores a la desaparición de la fiebre, excepto para recibir cuidados de salud o por necesidades de otro tipo. (La fiebre debe desaparecer sin haber utilizado medicamentos para reducirla).

  •  Mientras esté enfermo, limite el contacto con otras personas tanto como sea posible para evitar contagiarlas.

  •  Cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar. Arroje el pañuelo a la basura luego de utilizarlo.

  •  Lávese las manos con agua y jabón frecuentemente. Si no se dispone de agua y jabón, utilice desinfectante para manos a base de alcohol.

  •  Evite tocarse los ojos, la nariz o la boca. Los gérmenes se diseminan de esta manera.

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